Aquí y ahora tenemos una estrategia bastante interesante, los Probióticos, que no son solo “bacterias buenas”, sino que son agentes de elite, verdaderos especialistas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) los define como “microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, generan un beneficio para la salud” (2).
Mas que solo el probiótico, el verdadero secreto está en la CEPA específica. Imagina pensar que todos los probióticos son iguales. Eso claramente no es así, es lo mismo que pensar que todas las personas son iguales, solo por ser personas. Para saber qué hace cada persona, necesitamos saber sus nombres y apellidos. Lo mismo ocurre con los probióticos, se necesita el género, especie y cepa específica (6).
Usaremos analogía para hablar de las capacidades que poseen en el Síndrome de Intestino Irritable (SII):
Cuando el probiótico con su CEPA especifica llega a tu “jardín” intestinal comienza a trabajar inmediatamente:
- Toman el control (exclusión competitiva): sacan las “malas hierbas”, robándoles el espacio y la comida, no es una pelea agresiva, sino que una reconquista inteligente (3).
- Reparan el terreno (función de barrera): ayudan a sellar las paredes, haciendo que lo malo no se fugue a tu sangre y no cause inflamación (6).
- Apagan incendios (inmunomodulación): hablan con tu sistema inmune y logran que se calme en el buen sentido, haciendo que baje la hipersensibilidad y el dolor (6).
- Fabrican sustancias mágicas (postbióticos): una de sus más importantes capacidades es generar sustancias bioactivas como el Butirato, que es un superalimento para las células del intestino (6).
- Modulan las señales (eje intestino-cerebro): Esa conversación constante entre tu mente y tu intestino se regula generando calma, menos dolor y menos hinchazón (6).
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