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Publicado en 2025 (3)
- Noviembre (3)

Microbiota intestinal: qué es y cómo ayudan los probióticos

La microbiota intestinal es el ecosistema de microorganismos (MO), que incluyen bacterias, hongos, virus, arqueas entre otros. Estos MO habitan en nuestro intestino y conviven en simbiosis con nosotros (1) Es importante comenzar mencionando que somos más bacterias que células en nuestro organismo, se cree que hay 3 bacterias por cada célula, es decir somos trillones de bacterias que tienen un rol fundamental en nuestra salud.

Desde aquí entra el concepto de holobionte, que es el conjunto formado por un organismo huésped más todas las comunidades de microorganismos que viven en y sobre él (bacterias, arqueas, hongos, protozoos y virus). Es decir: humano + microbiota cutánea, oral, intestinal, vaginal, etc (1)

Estos MO, tienen roles fundamentales para nuestra salud como digestión de fibras y polifenoles (antioxidantes), síntesis de vitaminas y ácidos grasos de cadena corta (AGCC), en la regulación del sistema inmune y en el mantenimiento de la barrera intestinal entre otras. (1)

Cuando este ecosistema a nivel intestinal se altera y desequilibra (disbiosis), se comprometen múltiples funciones y pueden aparecer síntomas digestivos y extra digestivos. Nuestro intestino esta en contacto directamente a través de diferentes ejes con nuestro sistema nervioso, piel, hígado, pulmón etc. Por lo que la sintomatología va mucho más allá de solo hinchazón, gases y malestar digestivo. Puede existir ansiedad generalizada, insomnio, fatiga mental, dolor articular, enfermedades inflamatorias de la piel como acné, psoriasis, dermatitis y muchas otras condiciones que ignoramos que están comenzando por un desequilibrio en nuestro intestino. (1,3)

Estrés, alimentación y colon irritable: cómo se altera el equilibrio

El intestino se comunica con el cerebro en un circuito bidireccional conocido como eje microbiota-intestino-cerebro. Esta conexión ocurre a través del nervio vago y a pesar de ser bidireccional, hay mayor respuesta desde el intestino hacia el cerebro que viceversa, por eso tener un equilibrio en nuestra microbiota influye enormemente en cómo funciona nuestro sistema nervioso. (3)

El estrés sostenido en el tiempo, puede modificar la composición y actividad de la microbiota, influir en la motilidad (tránsito intestinal), la sensibilidad a ciertos alimentos y sobre la permeabilidad intestinal y con ello exacerbar síntomas digestivos. (1,3)

En el Síndrome del intestino irritable (SII) se observa un mayor desequilibrio de la microbiota intestinal versus si se compara con personas sanas. Este desequilibrio no es “una bacteria mala”, sino cambios en tres aspectos del ecosistema: (4)

Diversidad: suele haber menos variedad de MO (4)
Abundancia: algunas familias bacterianas están en exceso y otras (en general benéficas) disminuidas (4)
Perfil metabólico: cambia lo que producen esos MO (por ejemplo, gases, ácidos grasos de cadena corta y otras moléculas) y eso puede influir en el tránsito intestinal, sensibilidad a los alimentos, en tener un intestino más permeable y en una mayor inflamación de bajo grado o silenciosa, base de enfermedades de mayor gravedad. (4)

Tenemos que pensar en el SII como un problema multifactorial donde se debe trabajar en intervenciones personalizadas sobre la alimentación, manejo del estrés, probióticos con evidencia por cepa, y educación sobre hábitos saludables, lo que puede favorecer a la disminución de síntomas en muchos pacientes. (1,4)

Además de la alimentación, al ser una condición multifactorial es muy importante el estilo de vida en general, manejo del estrés, actividad física y suplementación serán clave para lograr un buen manejo de cualquier disbiosis a nivel de nuestro intestino. (1,3)

¿Qué son los probióticos y cómo actúan?

Un probiótico es un microorganismo vivo que que puede aportar un beneficio para la salud. Se identifican siempre por género, especie y cepa(por ejemplo: Bifidobacterium longum 35624) No todas las cepas hacen los mismo, incluso si son dentro de la misma especie. (2,6)

¿Cómo pueden ayudar?

Compiten con microbios oportunistas (dañinos) por espacio y alimento, limitando su crecimiento. (1,6)
Refuerzan la barrera intestinal, es decir, ayudan a que la pared del intestino sea más firme y menos permeable. (1,6)
Modulan el sistema inmune, favoreciendo respuestas más equilibradas y menos inflamatorias. (1,6)
Producen moléculas útiles, como ácidos grasos de cadena corta, que nutren las células del colon y también pueden influir en señales que viajan por eje intestino cerebro (digestión, sensibilidad, ánimo). (1,3). Los efectos depende de la cepa y del estilo de vida (alimentación, estrés, act. Física, uso de fármacos etc). (3)

Entre las cepas con más respaldo en SII destaca Bifidobacterium longum 35624. La literatura científica muestra que influye en la disminución del dolor abdominal, hinchazón y mejora en el transito intestinal frente a placebo en parte de los pacientes, junto con marcadores inmunes favorables. Aun así no todas las personas responden igual y la

investigación sigue en curso para definir quien responde mejor y como podemos optimizar su uso. (5,7)

Cómo elegir y usar un probiótico con cabeza

Define tu objetivo. No es lo mismo buscar alivio en SII que apoyar la recuperación tras antibióticos. Elige cepas con evidencias para ese objetivo, para esto siempre asesórate con un profesional. (6)
Lee bien la etiqueta. Debe indicar genero- especie, además de la cantidad de MO garantizada (UFC) y dosis. (2,6)
Dale un tiempo de prueba. En SII, un periodo de 4 a 12 semanas registrando síntomas (dolor, hinchazón, evacuaciones), es razonable. Si no hay cambios replantear. (8)
Acompáñalo con hábitos base. Ningún probiótico reemplaza una alimentación saludable, rica en fibra, antioxidantes, grasas saludables etc. Domir bien, manejo del estrés y actividad física también son fundamentales. (1,3)

Los probióticos no son una pastilla mágica pero bien elegidos pueden ser una herramienta útil para apoyar el equilibrio de la microbiota y aliviar síntomas. (1,6)

Recuerda que nuestro intestino está conectado directamente al resto de nuestro organismo y mantener una buena salud intestinal será la clave para vivir mejor!

Referencias:

Hou, K., Wu, ZX., Chen, XY. et al. Microbiota in health and diseases. Sig Transduct Target Ther 7, 135 (2022). https://doi.org/10.1038/s41392-022-00974-4
Hill, C., Guarner, F., Reid, G. et al. The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics consensus statement on the scope and appropriate use of the term probiotic. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 11, 506–514 (2014). https://doi.org/10.1038/nrgastro.2014.66
Cryan JG et al. The Microbiota-Gut-Brain Axis. Physiol Rev. 2019 Oct 1;99(4):1877- 2013. doi: 10.1152/physrev.00018.2018. PMID: 31460832.
Lin Wang, Nuha Alammar, Rajdeep Singh, Julie Nanavati, Yiran Song, Rahul Chaudhary, Gerard E. Mullin, Gut Microbial Dysbiosis in the Irritable Bowel Syndrome: A Systematic Review and Meta-Analysis of Case-Control Studies, Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, Volume 120, Issue 4,2020,
https://doi.org/10.1016/j.jand.2019.05.015.
O’Mahony L, McCarthy J, Kelly P, Hurley G, Luo F, Chen K, O’Sullivan GC, Kiely B, Collins JK, Shanahan F, Quigley EM. Lactobacillus and bifidobacterium in irritable bowel syndrome: symptom responses and relationship to cytokine profiles. Gastroenterology. 2005 Mar;128(3):541-51. doi: 10.1053/j.gastro.2004.11.050. PMID: 15765388.
Binda Sylvie , Hill Colin , Johansen Eric , Obis David , Pot Bruno , Sanders Mary Ellen , Tremblay Annie , Ouwehand Arthur C. Criteria to Qualify Microorganisms as “Probiotic” in Foods and Dietary Supplements, Frontiers in Microbiology V11 – 2020 DOI=10.3389/fmicb.2020.01662
Brenner DM, Chey WD. Bifidobacterium infantis 35624: a novel probiotic for the treatment of irritable bowel syndrome. Rev Gastroenterol Disord. 2009 Winter;9(1):7-15. PMID: 19367213.
Vasant D, et al. BSG guidelines on IBS. Gut. 2021.

Noelle Litvak Cooper

Nutricionista Biorreguladora e Integrativa con una amplia trayectoria en la atención de pacientes. A lo largo de su carrera, Noelle ha profundizado en distintas áreas de la medicina, especialmente en la Medicina Biorreguladora y la Inmunonutrición. En los últimos años, se ha especializado en salud intestinal, investigando la estrecha relación entre la microbiota y el funcionamiento de todo nuestro organismo.